viernes, 6 de junio de 2008

Un segundo sin

Casi siempre que viajo leo. A veces escribo. No me gusta echar a perder ese tiempo en el que voy sentado y miles de incertidumbres me acompañan a donde vaya. Pero de vez en cuando, entre renglón y renglón, me detengo un segundo a ver dónde estoy y qué me rodea.

El hecho de ir leyendo, implica una búsqueda constante, al igual que escribir. Aunque a veces, en un segundo, todo parece detenerse. Levanto la vista y ahí está la foto y en ella la gente con sus celulares, sus emepetrés, sus siestas, sus charlas sobre ningún tema, sus diarios comprados "a voluntad" y sus vistas perdidas entre un paisaje que no termina de quedarse atrás.

Y acá yo, en un instante en el que todo se detiene y pierde sentido, en el que las cosas hechas fueron en vano y cualquier pensamiento es una falta de respeto a esa sintonía en la que no logro entrar. Es ahí donde empieza el otro viaje, el de la birome deslizándose de izquierda a derecha sobre el papel renglón por renglón, vascilando entre caracteres "desprolijos" sin coordinación. La mano navegando en birome sobre un calmo mar de celulosa que conduce a mil puertos en distintos sentidos.

Me pregunto siempre qué pasará por esas mentes, por qué siempre parecen tan felices, para qué viven, qué es lo que buscan si acaso buscan algo, qué busco yo, para qué estoy acá y qué quiero hacer si es que en realidad tengo que hacer algo.

Me pregunto también qué voy a hacer por los demás, si es que hay que hacer algo por ellos; qué voy a hacer por el flaco ese que está parado con la mirada perdida, por la chica sentada frente a mí que me mira con disimulo y trata de adivinar qué estoy escribiendo. Me pregunto qué voy a hacer por vos.

Ni siquiera sé para qué escribo esto y no sé si sabés bien vos por qué lo estás leyendo. Por un momento, siento que todos saben lo que quieren menos yo, que me pregunto tantas cosas y no consigo ninguna respuesta. Será que ellos no tuvieron que preguntar para saberlo.

Es un instante en el que todo se detiene, yo soy el centro del mundo, el que tiene la palabra, la decisión, la potencia de hacerlo todo y, a la vez, nada, no existo. No en el mundo de ellos. Hasta que me acuerdo de vos y todo vuelve a su lugar, no necesito respuestas porque ya no hay más preguntas y el sentido de escribir caducó.

Por Mariano Gaik Aldrovandi

3 comentarios:

Un embudo expresivo dijo...

me gusto mucho lo que escribiste mariano=) como que nunca pude escribir algo asi del viaje... a ver si ahora me inspiro jaja.
beso
flor

Integrantes: Clary, Ale, Vivi, Belén dijo...

hola!

me gusto lo q escribiste. yo generalmente cuando viajo no leo porque prefiero ir observando el pasiaje, la gente y tambien pensar las cosas q ue dan vueltas por mi cabeza...

besos

ale

Integrantes: Clary, Ale, Vivi, Belén dijo...

Hola me gustó lo que escribiste!! yo no escribo cuando viajo depende en que transporte, sino que queda grabado en imágenes... que me voy haciendo. Leo por ejemplo cuando tengo algún parcial o estoy ajustada con el tiempo jaja!! interesante lo que escirbiste.
Clary
Los transeúntes por el mundo...