viernes, 8 de agosto de 2008

En el momento justo

Parecía caminar por arenas movedizas. Pero la realidad era que entre la oscuridad, la hora tardía de aquel epílogo de sábado a la noche y el vaso de fernet que llevaba en la mano, las arenas movedizas eran tan sólo una metáfora exageradamente sutil para describir el estado de ebriedad en la que estaba aquella persona.

-¿Están hablando mal de mí? - Deslizó ella en su sinuoso pasar.

-No. Nada que ver. - Le respondieron los tres amigos que la miraban.

Ella se acercó tal vez en busca de una conversación o porque sólo su cuerpo fue para allá y no le quedó más remedio.

-Ya sé que soy fea, asique no tienen por qué decirmelo.

-¡No! ¡Estás loca! No sos para nada fea y ni siquiera estábamos hablando de eso.- Dijo uno de los chicos que trataba de justificarse ante el sin sentido.

-Ay ¿decís que no?

-No para nada, estas re buena.- Contestó riéndose de sí mismo.

Los otros dos también se manifestaron de igual manera. No era fea. De hecho, era una chica linda. Pero, ¿quién es linda/o o fea/o? La respuesta es más que subjetiva y se basa en el criterio de cada uno. Y al parecer del de los chicos y de quien escribe estas líneas, ella estaba equivocada con lo que decía.

El problema está en qué criterio presta atención cada uno, si en el propio o en el de los demás y en ese caso de quién de "los demás". Muchas veces nos convencemos a nosotros mismos en no prestarle atención al qué dirán, pero muchas otras también estamos esperando cierta aprobación por parte del otro.

Ella estaba autoconvencida de que era fea, pero sin embargo, se quedaba ahí porque por un segundo alguien le trataba de decir lo contrario aunque no le importara, aunque esa no sea la persona que ella quería que le dijera eso.

Mientras conversaba también se balanceaba, o mejor dicho, no tenía ningún balance, se ínclinaba para cualquier lado.

-Ay chicos me caigo, me enredo con las flores.

-Sí, es que vos venís de ahí.- Lanzó improvisadamente aquel que más se esforzaba por convencerla.-De las flores- Aclaró para ponerle el moño a uno de los piropos más rústicos y elementales que se puedan llegar a escuchar.

Ella le esbozó una sonrisa.


Por Mariano Gaik Aldrovandi

2 comentarios:

Integrantes: Clary, Ale, Vivi, Belén dijo...

¡¡Hola!! muy bueno el texto. Cada tanto reflexiono que estamos continuamente sometidos a estar a prueba de los demás. Quien sabe que es... Pero es importante que uno se sienta cómodo consigo mismo.

Besos hasta la próxima.
Clary.

Florencia M. dijo...

Es interesante, supongo que (casi) todos alguna vez hemos pasado por la tensión autostima-valoración de los demás, y está bueno todo lo que se puede plantear a partir de allí, la construcción de un "yo" (por expresarlo en términos psicoanáliticos, que en este momento me atosigan dado que estoy estudiando escuela de Frankfurt para el parcial del lunes) y los parámetros y mensajes sociales que inciden en esa construcción...

Florencia